Barry Keoghan, el talentoso actor nominado al Oscar, reveló en un reciente perfil de GQ, publicado el martes, que luchó contra una grave enfermedad antes de trabajar en la película “The Banshees of Inisherin” de 2022. Keoghan, de 31 años, compartió que sufrió de fascitis necrosante, una infección rara y potencialmente mortal que puso en peligro no solo su carrera, sino también su vida.
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El actor recordó haber preguntado a sus médicos si iba a morir y recibió una respuesta incierta: “Bueno, no lo sabemos”. También enfrentó la angustiante posibilidad de necesitar amputar su brazo debido a la gravedad de la infección.
La fascitis necrosante, conocida por ser una enfermedad carnívora, puede llevar a complicaciones graves como sepsis, shock, falla orgánica e incluso la muerte, según explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Uno de cada cinco casos es fatal, y los sobrevivientes pueden enfrentar la pérdida de extremidades o cicatrices graves.
Martin McDonagh, director de “Banshees of Inisherin”, recordó su visita a Keoghan antes del inicio del rodaje, observando la gravedad de la situación con el brazo hinchado del actor. A pesar de los desafíos, Keoghan se mantuvo optimista, prometiendo estar listo para el rodaje.
Este desafío no impidió que Keoghan alcanzara un notable éxito. Fue nominado al Oscar en 2023 por su papel en “Banshees”, junto a Colin Farrell, marcando su primera nominación a este prestigioso premio.
Keoghan está nuevamente en la carrera este año por su papel en “Saltburn”, interpretando a un joven con una obsesión morbosa por un colega de Oxford, interpretado por Jacob Elordi. El actor irlandés ya ha destacado en películas como “Eternals”, “The Batman” y “La muerte de un ciervo sagrado”, consolidándose como una fuerza a tener en cuenta en Hollywood.